El cierre complicado de Cavani
Los números de la temporada 2025 reflejan una realidad dura: de 44 partidos posibles, Cavani solo jugó 24, acumulando 1.656 minutos y convirtiendo cinco goles. Un promedio de 69 minutos por partido, muy lejos de la intensidad que el delantero había mostrado en años anteriores. La molestia lumbar que lo alejó de la Bombonera en el cruce frente a Racing fue solo la punta del iceberg de un problema físico que lo acompañó durante gran parte del año.
Aun con las limitaciones, tanto Cavani como la dirigencia insisten en que el vínculo seguirá vigente hasta finales de 2026. Desde Pasillo La Bombonera aseguran que el uruguayo sigue siendo una pieza clave para el regreso a la Copa Libertadores, una competición que Boca no disputará en 2025 pero que será prioridad absoluta al año siguiente. El sueño del Matador de llegar a una nueva final continental sigue vivo, aunque la ruta pasa necesariamente por una recuperación física completa.
La cláusula que podría cambiar todo
En medio de la incertidumbre, existe un detalle contractual que nadie menciona abiertamente pero que podría transformar el panorama en cualquier momento: una cláusula de rescisión unilateral, válida tanto para el jugador como para el club. Un mecanismo común en contratos largos, pero que en el caso de Cavani adquiere relevancia especial debido a las dificultades físicas que afectaron su rendimiento en 2025. Según fuentes cercanas, la cláusula permite resolver el vínculo sin consecuencias legales dentro de un período establecido, aunque actualmente no hay intenciones de activarla.
El entorno del delantero es claro: Cavani quiere ponerse a punto durante las tres semanas de receso que comenzarán el viernes y encarar una pretemporada completa, algo que no pudo hacer en 2025. Sin embargo, si las molestias persisten y su cuerpo no responde a la exigencia del fútbol internacional, la cláusula podría convertirse en una opción a evaluar. La postura de Riquelme y la comisión directiva es optimista, pero también pragmática: la continuidad depende finalmente de la salud física del jugador.
Una temporada para olvidar
El 2025 de Cavani estuvo marcado por ausencias y minutos limitados, algo nunca antes visto en su carrera. A los 38 años, el físico comienza a pasar factura, y la inflamación en el psoas se convirtió en un obstáculo insalvable. Incluso cuando intentó estar presente, como en el partido frente a Racing, las dolencias lo mantuvieron fuera de la cancha en el momento más importante.
A pesar de todo, el delantero no renuncia a su sueño de levantar una Copa Libertadores con Boca. “Quiero cumplir mi contrato y jugar una final con esta camiseta”, aseguró en conversaciones internas, mostrando una motivación que contrasta con la realidad deportiva del último tiempo. La dirigencia confía en que, con un período de descanso y un trabajo específico durante la pretemporada, Cavani pueda regresar fuerte para lo que será una temporada decisiva para el club.
¿Qué viene para el Matador?
Los próximos meses serán cruciales para definir el futuro de Cavani en Boca. Las tres semanas de vacaciones serán una prueba práctica para ver si su cuerpo responde a un descanso adecuado. Si la pretemporada de 2026 demuestra que el delantero puede recuperar su nivel, el vínculo seguirá hasta finales de 2026. Si no, la cláusula de rescisión podría ser el camino a seguir.
Mientras tanto, en La Bombonera siguen trabajando en la proyección deportiva para el próximo año, con o sin Cavani. El cometido es claro: regresar a la Libertadores con un equipo competitivo. Y en ese escenario, el uruguayo sigue siendo una pieza que podría definir mucho, dependiendo de cómo se recupere en los próximos meses.
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